La pandemia ha sido un acelerador de la transformación digital en diferentes industrias, la educación no es la excepción en la dinámica actual. Si bien a principios del siglo pasado, el profesor era la persona más respetada por que era el dueño del conocimiento, ya que el libro que él tenía era la única pieza con información que existía en el pueblo, veamos cómo contrasta esta idea con la realidad actual, en donde el conocimiento está en la palma de nuestra mano y prácticamente esto convierte a que, si queremos saber de un tema o no, ahora es una opción y no una condición.
Ahora encontramos a jóvenes cuestionando dentro del aula a los profesores con afirmaciones que encontraron en la red, por lo que puede ser que la información no sea precisa o incluso sea falsa. No es lo mismo aprender en la red que encontrar una estructura de conocimiento validado que nos lleve de manera planeada a formarnos en algún tema, permitiéndonos tener un trazo guiado para el logro de objetivos en un tiempo definido que provee la academia tanto digital como presencial. Esto que menciono permite darnos cuenta que ni las escuelas, ni los profesores dejarán de existir, pero seguramente el formato de entrega de contenidos si lo hará y el proceso por el cual deben pasar para ser consumidos también se debe modificar como parte de la evolución educativa.
Quisiera compartir 10 puntos, que me parecen son los más relevantes y que han impactado en la educación desde diferentes puntos de vista:
- Los contenidos digitales proveen más información a los estudiantes, llegando por diferentes canales con los cuales aprendemos, integrando imágenes y videos, usando plataformas que incluyen realidad virtual y realidad aumentada, con el beneficio de que el conocimiento puede quedar mejor anclado en el estudiante.
- El material no puede ser entregado de manera estática, deben ser pensados y creados con dinámicas, integrando herramientas adicionales para mantener enganchados a los estudiantes, lo cual obliga a conocer de muy buena forma el escenario de la plataforma de entrega de contenido, que, por cierto, ese conocimiento no está en las áreas de tecnología de información.
- Es claro que muchas horas frente a la computadora generan fatiga por reunión, tanto para el profesor como para los estudiantes, por lo que las sesiones deben ser más cortas, precisas y con objetivos claros. Aquí parte de los contenidos pueden ser pre grabados y subidos en portales para ser consumidos en espacios de tiempo adecuados.
- La velocidad en la entrega del contenido y las dinámicas de participación con herramientas integradas en la plataforma digital usadas en periodos de al menos cada 10 minutos, quitan al estudiante el formato multitarea.
- El contenido consumido debe ser liderado por fuentes confiables como enciclopedias y bibliotecas digitales de universidades, organizaciones públicas y empresas con información confiable.
- Se debe tener mucho cuidado en el manejo de derechos de los contenidos, mencionando el uso de las fuentes utilizadas para evitar el plagio de información.
- Las redes sociales forman parte de esta generación de estudiantes y de aprendizaje, ya que hay un gran acceso a ellas y los jóvenes ya están en ellas.
- Los dispositivos como computadoras, tabletas y teléfonos inteligentes tuvieron una aceleración en ventas, que si bien algunos tienen los recursos para adquirirlos, otros grupos de la sociedad más vulnerables económicamente han encontrado una barrera, no solo por la posesión de un dispositivo que le permita participar, sino por el costo asociado de la renta de servicios de datos para conectarse a Internet.
- Los espacios en casa ahora están más adaptados para hacer tareas, tal vez ya hay una computadora donde antes no, acceso a internet y hasta comportamientos en los estudiantes que indican que están en su proceso de aprendizaje.
- El video ahora ya no es una opción, es el vínculo visual, auditivo y quinestésico que existe entre profesor y alumno, sino esto es como estar en una cita con otra persona con los ojos vendados y sin hablar.
Finalmente, ¿qué sigue? Se tendrá un regreso paulatino a las escuelas, escenarios de aprendizaje híbrido muchos más claros y que ya han sido acelerados y adoptados por profesores y estudiantes, donde las plataformas digitales ya están incluidas de una forma más natural.
El mito de que las plataformas digitales sustituyen al profesor desaparece, sin embargo, sí exige más atención del profesor a mantener contenidos que puedan ser consumidos con los canales receptivos que nos permite la tecnología actual.
Los padres deberán adaptar la tecnología, que en algún momento se tendrá que convertir en una actualización de herramientas, donde hay que prevenir los gastos que esto conlleva.
En los alumnos está el reto más grande: atender para entregar o aprender para crecer y formar a los nuevos líderes que necesita nuestro país.
Hay elementos que no deben perderse de vista, como usar redes seguras para la protección de los participantes, aprender las capacidades y nuevas formas y técnicas de educación por medios electrónicos para que quienes estén a distancia tengan la misma experiencia de estar en un salón de clase y asegurarse que tanto maestros y alumnos estén familiarizados con el uso de las herramientas tecnológicas que se están usando para evitar las decepciones que han hecho creer para muchos que una educación híbrida no tiene la calidad de una educación presencial.
Y sin duda se debe resolver el tema de la brecha digital que esta transformación tendrá para que todos estén incluidos en esta nueva realidad.